La piel es el órgano más grande del cuerpo humano, precisamente por ello es el más sensible a los agentes externos: contaminación ambiental, cambios de clima, contacto con agentes extraños; pero, algunos factores internos también pueden provocarle daños: falta de hidratación, alimentos irritantes, cambios hormonales, entre otros. Hoy te vamos a dar unos tips para que mantengas la hidratación en tu piel y disminuyas la resequedad, acompáñanos a leer.
Tal vez tu idea de un momento perfecto de relajación sea en la tina, o en la ducha, con el agua caliente llevándose el estrés que afecta tu cuello, hombros y espalda… y si bien es cierto que esto es recomendable ocasionalmente, hacerlo a diario puede provocar que tu piel se vuelva más seca y sensible debido a que el calor la deshidrata y acaba con la barrera natural de protección contra agentes externos. Además, el agua muy caliente tiene un efecto vasodilatador que empeora la apariencia de poros abiertos, la flacidez de la piel y las arañas vasculares o várices.
Entonces, lo ideal es bañarte a una temperatura de agua de entre 28 y 30°C y limitar el tiempo a entre 5 y 10 minutos, lo que además es muy positivo para el medio ambiente.
La función de la crema es retener la humedad presente en tu piel, y para ello lo ideal es aplicarla inmediatamente después del baño, o de lavarte las manos. Te recomendamos elegir un bálsamo o crema enriquecida con aceite de oliva, jojoba o manteca de karité si tu piel es muy seca; pero, al mismo tiempo, puede tener una consistencia líquida para evitar el exceso de grasa en la piel para que no tengas una sensación desagradable.
De preferencia elige productos suaves, de origen natural y sin aroma, ya que los más perfumados contienen alcohol, sustancia que reseca tu piel. Recuerda siempre utilizar productos que vayan acorde al tipo de piel que tengas.
Si tu piel es sensible, opta por jabones hipoalergénicos que son más suaves y no usan ingredientes abrasivos para tu piel; en general, los productos actuales son más amigables e incluso hay algunos que tienen un toque de crema, o aditivos que suavizan la piel.
Tratamientos como la depilación láser son más suaves para tu piel que el uso del rastrillo o la cera para depilar; el drenaje linfático puede desintoxicar tu organismo y aliviar el edema en la piel y la radiofrecuencia es excelente para estimular la producción de colágeno, eliminar la celulitis y rejuvenecer tu piel.
Todos estos tratamientos embellecen tu piel, te hacen sentir más joven, eliminar toxinas y sonreírle al espejo ante una imagen más agradable de ti misma.
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