Sin embargo mucha gente tiene ideas propias sobre su alimentación o, por la falta de tiempo, comete errores sin darse cuenta, lo que no sólo deteriora su salud poco a poco sino que incrementa su grasa corporal y peso en poco tiempo. Los errores más frecuentes al desayunar son:
Muchas personas acostumbran a desayunar sólo una manzana, un tazón de cereal o un café, sin embargo el desayuno debe contar con el 40% de la ingesta total de todos los días. El truco es saber qué comer pues nuestro plato debe llevar un poco de cada grupo alimenticio: proteína, legumbre, carbohidrato y vegetal para ayudarnos a tener la energía para rendir durante todo el día.
El pan de dulce, galletas, cereales con mucha azúcar son los alimentos favoritos de muchas personas para el desayuno, incluso es lo que desayunan la mayoría de los niños. El 40% de las calorías de nuestro desayuno deben provenir de carbohidratos, la clave es elegirlos: tortillas de maíz, avena o pan integral son las mejores opciones para que nuestro cuerpo los convierta en energía y no en grasa.
Al desayunar carbohidratos, solemos olvidarnos de la proteína. Desayunar proteína por las mañanas puede ayudarnos a estar satisfechos durante más tiempo, por lo que podemos añadirla en un 35% del desayuno. ¿Dónde encontramos la proteína? En el huevo, jamón, carnes magras, nueces, entre otros alimentos que, además, pueden ayudarnos a desarrollar mayor masa muscular si hacemos ejercicio.
No hablamos de tocino ni de frituras, las grasas buenas como el aguacate, las almendras, el aceite de oliva contribuyen a nuestra digestión y bienestar general. Un 10% de grasa buena en el desayuno nos ayudará a estar más sanos.
Mucha gente cree que sólo desayunar fibra es bueno para su salud, sin embargo la mayoría de los alimentos con fibra también tienen azúcar (las frutas tienen un alto contenido de fructosa, el azúcar natural tan delicioso y que también nos puede hacer engordar). El 15% de nuestro desayuno debe basarse en fibra, que podemos encontrar en frutas con cáscara, granos y semillas y debemos complementarla con el resto de nuestro desayuno.
Mucha gente ha optado por eliminar a los lácteos de por vida, sin embargo podemos consumirlos con moderación evitando los azúcares, por ejemplo si consumimos queso es mejor el panela o el requesón que el queso amarillo; en el caso del yogur es mejor consumirlo natural y agregarle frutas como fresa o manzana.
Mucha gente realiza su primer alimento al medio día, sin embargo lo ideal es desayunar entre 30 y 60 minutos después de levantarnos. Si no tenemos mucha hambre podemos dividirlo en dos partes y comer un poco en cada una.
El desayuno además de ser la comida más importante del día es un excelente hábito, que nos ayuda a mantener nuestro peso y salud.
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