¿Sabías que ejercitar tu suelo pélvico es tan importante como hacer pesas y cardio? La salud genitourinaria masculina es algo en lo que tal vez no pienses de forma común, pero que te ayudará a combatir padecimientos como vejiga hiperactiva, goteo después de la micción, aliviar el dolor pélvico y tener un mejor desempeño sexual.
Hoy te contaremos qué son los ejercicios de Kegel, para qué sirven y por qué deberías practicarlos. ¡Comencemos!
Los ejercicios de Kegel son movimientos de contracción que ayudan a fortalecer los músculos del suelo pélvico. El ginecólogo estadounidense Arnold Kegel los popularizó para mejorar la salud urinaria y la vida sexual después del parto, ya que ayudan a fortalecer los músculos pélvicos tras una cirugía.
Si bien estos ejercicios se inventaron para las mujeres tras el parto, los hombres tienen músculos similares y pueden ejercer fuerza con ellos para mejorar su salud sexual y urinaria.
Para combatir la incontinencia urinaria después de una cirugía en la próstata y que suele presentarse al hacer actividades como toser, estornudar, agacharse, levantar algún objeto o cambiar de posición.
Asimismo, en caso de padecer vejiga hiperactiva, los ejercicios de Kegel ayudan a tener un mejor control de los esfínteres, y estas contracciones favorecen a que el músculo bulbocavernoso comprima la uretra para evitar el goteo después de la micción, lo cual no es una afección, pero sí puede ser bastante molesto y causar mal olor.
Los ejercicios Kegel también ayudan a combatir la disfunción eréctil cuando es causada por problemas de circulación de sangre, ya que los músculos bulvocavernoso e isquicavernoso se contraen durante las erecciones, y contraerlos ayuda a mejorar la rigidez de la erección.
Si aún no los conoces, el primer paso es ubicar los músculos correctos, para esto te recomendamos detener la micción a la mitad y practicar ese movimiento cuando estés fuera del baño para localizarlos.
Para ejercitar los músculos del suelo pélvico debes mantener la contracción durante tres segundos y luego relajarlos el mismo tiempo. Este pequeño movimiento puedes hacerlo a lo largo del día, ya sea de pie, sentado, caminando o, mejor aún, durante tu entrenamiento muscular. Por ejemplo, si sufres de fugas de orina, practícalos durante actividades que añaden presión en tu abdomen y requieren cierto esfuerzo, como las sentadillas o los abdominales.
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