Aunque estar embarazada no es pretexto para ganar talla de forma desmedida, es cierto que las condiciones propias de esta etapa favorecen la acumulación de grasa debido a factores fisiológicos que predisponen al cuerpo para aumentar de peso con el fin de tener reservas de energía tanto para la gestación como para la lactancia posterior, además de que también suele ocasionar que disminuya un poco tu ritmo de vida, ya que no puedes hacer la misma actividad física que de costumbre.
Sin embargo, una vez que has dado a luz puedes recuperar tu figura y una excelente imagen si tomas las medidas correspondientes, atendiendo a un buen régimen alimenticio, ejercicio y ayudándote de tratamientos estéticos no invasivos, los cuales son una solución bastante mejor que las cirugías.
Aquí te decimos los principales métodos para después del parto, en qué consisten y cuándo es conveniente recurrir a ellos.
La cavitación consiste en aplicar ondas ultrasónicas en aquellas partes del cuerpo en donde la acumulación de tejido adiposo se encuentre localizada, ocasionando la implosión de las células grasas para que puedan ser desechadas fácilmente por el organismo a través del sistema linfático.
En el caso de las mujeres que recién han dado a luz, estás zonas pueden encontrarse en el abdomen y de los senos hasta las axilas e incluso la parte inferior de los brazos, además de caderas y glúteos.
Las sesiones suelen durar alrededor de 40 minutos y con una por semana es suficiente durante un mes o mes y medio, consiguiendo grandes resultados en la eliminación de grasa corporal.
Este método utiliza aparatología que crea una presión controlada por medio de dispositivos que se colocan individualmente en cada una de las extremidades del cuerpo y el torso, los cuales son inflados para tal efecto y favorecen el flujo venoso y linfático, promoviendo la desaparición de celulitis.
Diez sesiones de este tratamiento, una por semana, son suficientes para ayudar a recuperar la apariencia tersa de la piel.
Si bien eliminar la grasa es uno de los objetivos de los tratamientos estéticos postparto, otro de gran relevancia es regresar tono a la piel y evitar flacideces. Así, la radiofrecuencia es una excelente opción, ya que a través de la emisión de ondas eléctricas y magnéticas se logra transmitir calor a la zona subdérmica fomentando la producción de colágeno para que las membranas se tensen y adquieran firmeza.
En las nuevas mamás, la zona que requiere de mayor atención es la del vientre, pero con tan sólo 4 o 6 sesiones semanales de media hora se observan cambios favorables.
Por último, cabe destacar que para la aplicación de cualquier tratamiento estético postparto es necesario esperar de dos a tres meses, dependiendo si el alumbramiento fue natural o a través de cesárea, además de que es precisa una valoración previa por parte de un especialista para que determine los más convenientes para cada caso, sobre todo si piensas amamantar a tu bebé.
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